El término de “jamón de recebo”, no está contemplado en la normativa.
Se llamaba de recebo, al cerdo ibérico, que habiendo pastado en la dehesa durante la montanera, y una vez acabada la bellota en el campo, no había alcanzado el peso suficiente para el sacrificio, se termina de alimentar con pienso.
Tinto con jamón es buena inyección.