La montanera es el momento clave del año en el que el cerdo ibérico de bellota FISAN vive en total libertad, se alimenta de bellotas y hierba, y define el carácter único de nuestros jamones, paletas, lomos, embutidos y carnes de bellota.
La campaña 2025–2026 ha comenzado algo más tarde de lo habitual, a mediados de noviembre. Sin embargo, lo ha hecho con una combinación de factores muy favorable: un buen otoño con pastos abundantes, suficiente agua y una cosecha sólida de bellota que podrían convertir este año en una añada excepcional.
La montanera arrancó con una primavera que trajo lluvias muy abundantes que dificultaron la floración de la encina. A continuación, llegó un verano caluroso y seco, con temperaturas elevadas hasta bien entrado octubre.
Las lluvias otoñales, que tardaron en llegar, lo hicieron de forma continua y fueron bien aprovechadas por un campo que aún conservaba importantes reservas hídricas de la campaña anterior. Las suaves temperaturas han favorecido una maduración lenta de la bellota, un fruto que madura con el frío y no con el calor. A partir de mediados de octubre, la hierba empezó a brotar con fuerza y actualmente la dehesa muestra un pasto de excelente calidad y charcas con un buen nivel de agua.
Bellota de calidad y menor número de cerdos por dehesa
Nos encontramos ante una campaña de bellota de calidad excepcional aunque no la mayor cosecha de bellotas de la última década: cantidad suficiente, fruto sano, de tamaño medio-grande y maduración pausada.
La bellota se ha distribuido de forma equilibrada en las principales zonas de dehesa donde trabaja FISAN, Extremadura, Andalucía y Salamanca, garantizando la materia prima que aporta los matices que se reflejarán, como siempre, en el perfil organoléptico de nuestros productos.
Además, FISAN, manteniendo su saber hacer en la dehesa, encuentra el equilibrio natural del entorno a través de una carga ganadera sostenible, es decir, menos cerdos por hectárea de lo que estipula la Norma de Calidad de productos ibéricos, lo que implica más encinas, más bellotas y mayor espacio disponible por animal. Esto permite al cerdo campear con tranquilidad, recorrer largas distancias y aprovechar al máximo la bellota y la hierba y los recursos hídricos, lo que repercute directamente en su bienestar y en la calidad del engorde.
La combinación de una bellota de excelente calidad, una gran otoñada y una baja densidad ganadera nos permite anticipar jamones y paletas de altísima calidad: con una infiltración de grasa excepcional, aromas complejos y sabores profundos y elegantes, propios de nuestros productos de la gama Alta Gastronomía.
Los lomos y embutidos de bellota se beneficiarán de una grasa noble, sabrosa y equilibrada, mientras que las carnes ofrecerán una jugosidad notable, textura fina y un sabor intenso, capaces de responder a las exigencias de la Alta Gastronomía y de los auténticos amantes del ibérico de bellota.